miércoles, 30 de junio de 2010

GRACIA

GRACIA

Es la virtud, disposición o condiciones naturales que poseen determinadas personas para curar las enfermedades. Los curanderos lo son, aparte por ciertas disposiciones naturales, virtudes heredadas o conocimientos amplios de Medicina Popular, por tener “Gracia”. La “gracia” es un concepto sobrenatural (cristiano o no) que casi siempre va unido a la fuerza: “fuerza curatriz”. Se dice: “de la fuerza que tiene, puede morir” (Área IV-Berja).El curandero puede morir a causa de su mismo o excesivo poder. La persona con gracia sería“portadora de una dynamis curativa” (Gil, Lain, p.78) La dynamis de los curanderos sería su gracia. La gracia puede tanto que le da mucha fuerza a quien la posee.
MUJER CON "GRACIA"CON LAS PLANTAS RECOGIDAS LA MAÑANA DE SAN JUAN-LÍJAR,1979. La gracia les viene dada a los llamados “saludadores” en Alhama de Almería por tener una cruz en el cielo del paladar También por ser el quinto hermano seguido del mismo sexo. Otras veces el séptimo o el noveno (Alhama de Almería). En Líjar solo determina la gracia el quinto hermano seguido, o la quinta hembra.
Nacidas de la misma naturaleza del pueblo, las obras de Cano Cervantes y de Álvarez de Sotomayor, recogen datos del curanderismo que a grades rasgos perviven presentes en nuestra provincia en especial en el levante donde subsisten estas prácticas y creencias. Entre ellas la “gracia”.En el poema de Cano Cervantes “Entre amigos”(Cano Cervantes,1909,pp.25-31 )se resume lo esencial de las prácticas médicas populares que de un modo constante se dan en Almería, reflejándose en él, el “modo cultural de ser” de esta tierra, respecto a esta faceta tan importante de la Antropología cultural y la unanimidad con que puede constatarse la existencia del “personal paramédico que cura”como los personajes de el “Choto” y la “Isabel María” que observa Cano Cervantes en sus poemas. El origen especial de la “gracia” a “El Choto” se le manifiesta porque “entre sus hermanos él hace el quinto”; y de allí los rasgos singulares de sus actos y de su capacidad curativa. Como “El Choto” posee “gracia” en “la pata zurda”, el enfermo curará posándosela sobre la parte dañada. Este modelo de sanador popular es un típico modelo social que no falta en un número más o menos variable en casi ninguno de nuestros municipios. Otra “especialista” en la cura de determinados procesos constantes en nuestra Medicina Popular es la “Isabel María” que procede en el referido poema de Cano Cervantes a la curación de una de las “enfermedades “más originales de nuestra Folkmedicina: “el sol metío”, proceso descrito más arriba.

Los signos por los que se puede saber que una persona va a tener “gracia” para curar, aparecen y se observan en su niñez o desde el mismo momento de su nacimiento; por ejemplo: haber nacido de pie, ser el quinto varón de una familia, o como me decía una informante: “yo tengo “gracia” porque de pequeña me criaba muy raquítica(en la infancia la “fuerza curatriz” puede emanciar a un niño, no le deja madurar, crecer o engordar) y veía cosas, veía a mi madre muerta con un hábito,”.Se refería a alucinaciones visuales; “veía frecuentemente al lado de un árbol a una niña llorar y entonces una mujer me aclaró que lo que a mi me pasaba es que yo tenía “gracia” para curar”. Por eso, ésta informante, comenzó a practicar el curanderismo, impulsada por la familia y amigos. Estos (Líjar, 1978) basándose en un detalle nimio, crearon en esta niña a una “sanadora” que tal vez les era necesaria para que la comunidad mantuviera su entidad étnica. Otra informante me decía: “Mi padre también era curandero y por eso aprendí de él”.

Los curanderos y en general todos los sanadores populares, tiene por costumbre no revelar sus secretos y fórmulas nada más que sus más allegados familiares, ya que de otra forma perderían la “Gracia”.

Respecto a los honorarios, la persona que posee la gracia no puede cobrar. Perdería la gracia. Solo cobran “la voluntad”.

Algunos aprovechan la “gracia” para prosperar social o económicamente, pues como personas más inteligentes a veces, que la mayoría, esto eludirían con estos oficios trabajos duros o manuales y así mismo la propia miseria.

Algunos dado que si enseñan sus secretos u oraciones para curar, también pierden la gracia, no aleccionan al que sería su heredero en las tareas curadoras, hasta la vejez o hasta que sientan próxima la muerte.

Pero quienes poseen la gracia dentro de la comunidad están obligados a ejercer su virtud a favor de los enfermos que requieren sus servicios a cualquier hora tal como lo hace el médico quien también tiene esa obligación (los médicos rurales aunque sea en medio de la calle habían de atender a sus enfermos(1970-80).

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