lunes, 7 de junio de 2010

ERISIPELA

ERISIPELA

De eritros: rojo y pela: piel La erisipela, pronunciada “resipela”, “desipela” o “decipela” (Líjar)” es el nombre que reciben determinados procesos dermatológicos que guardan cierto parecido con la enfermedad del mismo nombre y que tienen en común que cursan con calor, dolor, rubor y prurito (sobre todo el rubor).Es un proceso muy temido porque cualquier herida pequeña y superficial se puede “resipelar” con consecuencias graves. Ya lo dice el refrán: “Como decía mi abuela, la “resipela”, si no mata, pela”.

MALVAS,BENIZALÓN,MAYO 2010
 La persona que tiene “gracia” para curar la erisipela no es necesario que sea curandera profesional. A veces, solo posee la virtud para curar esta sola enfermedad.
El proceso de curación es el siguiente: se cogen nueve hojas de malvas (en Fernán Pérez-Níjar, hay uno que la cura con hojas de pámpano de las parras y en el mismo campo de Níjar se sustituye por olivarda) y nueve días seguidos. Las hojas las sostiene el curandero en la mano derecha, mientras dice:

“Cuando Jesús andó por el mundo    
                                                                                            
Se encontró la rosa venenosa
y le dijo:” ¿Quién eres tú?
--Yo soy la rosa venenosa
que enciende la sangre y quebranta los huesos
--Si eres tú eres la rosa venenosa
que enciende la sangre y quebranta los huesos,
Te mandaré fuego del cielo que te abrase.
--No me mandes fuego del cielo que me abrase
Mándame bendecir por tres veces”

Entonces la curandera o curandero hace la señal de la cruz con el manojo de malvas sobre la parte del enfermo afecta de erisipela, rezando a continuación un credo y una salve. La oración, las bendiciones y los rezos se repiten hasta tres veces. Posteriormente se coge una tijera con la mano izquierda y se va cortando el manojo de malvas (hacecillo que puede cogerse con una sola mano) hasta darle una forma redondeada al tiempo que dirigiéndose a las malvas se va diciendo:

“Te corté el pico, (dan un corte y una vuelta al manojo)
Te corté las alas (otra vuelta a las malvas)
Te corté el corazón (otra vuelta)
Te corté las entrañas (otra vuelta
Una vez hecho esto, el resto de las malvas que han quedado sin cortar se han de poner en un lugar donde nadie pueda pisarlas. Cuando las malvas se sequen, la erisipela quedará curada (Campo de Níjar)
En el Taberno, se recoge el siguiente rezo variante:

Cuando mi señor Jesucristo
iba por el mundo
Se encontró a una mujer
a quien dijo: ¿Quién eres tú?
--Yo soy la rosa venenosa
que quebranta los huesos
y corta las alas
Yo te mandaré
mi Señor Jesucristo
que te queme y ahogue”
En Tahal se cura con flor de “saúco” y malvas.
En Líjar con “beleño” que se cuece y se lía en un trapo, poniéndose sobre el lugar donde se localiza la “decipela”, según el siguiente testimonio oral: “Para curar la erisipela, se cuece el beleño, se corta un “trocico” se le hacen unos “agujericos” y aonde está la erisipela se pone (Líjar-Panzica) Lo mismo se hace con el saúco (Líjar)
En los Vélez (García Sánchez, 2000) se recoge la ceremonia con un tallo de saúco que se pasa sobre la lesión, santiguándose mientras se dice:

“Iba nuestro Señor Jesucristo
por un camino
se encontró a una mujer
que de colorado viste
de colorado calza (La lesión eripelosa es roja)
Di mujer quien eres
Soy la rosa maldita y patiñosa
que te quebranta los huesos
Y chupa la sangre”
Se rezan un Padre nuestro y un Ave María, tres veces. El enfermo tendrá mientras tanto en sus manos tres hojas de saúco.
En Turre se recoge el siguiente ensalmo (Grima, 1994)

“Cuando la virgen María
por el mundo andaba
por el mundo “andó”
se encontró a una mujer
que de colorado vestía
de colorado calzaba
y de colorado era
el cabello que llevaba.
Y le dijo:
tú eres la rosa venenosa, ponzoñosa
que chupa la sangre y quebranta los huesos
Te mandaré el fuego de Nuestro Señor Jesucristo
para que te quemes, para que te abrases
con mis cinco dedos y mi mano llana
derecha has quebrao
como la sal dentro del agua
--¿Qué corto?: ¡Maldita erisipela!
el pico, el ala, las piernas,
para que no pueda volar,
Y la malicia que llevas para adelante
se te vuelva para atrás”

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Obsérvese la similitud a la vez las variaciones entre los ensalmos del triángulo cultural: Zona de los Vélez, zona de Mojácar (Turre) y Campos de Níjar.
Nótese además la simbolización de la enfermedad cuyo principal síntoma es la rubicundez de la piel en una persona vestida de rojo: la enfermedad: eritros: rojo, “una mujer que de colorado vestía etc...Tan roja que hasta su cabello era rojo. Lo rojo se combate con lo rojo. El fuego es rojo. En este caso el poderoso fuego de Jesucristo, el máximo poder entre todos los poderes.
Se emplean: determinadas plantas como la malva planta herbácea muy común qua a veces se emplea como emoliente en forma de cataplasmas para reblandecer toda clase de abscesos y forúnculos, así como en la mastitis, que por sí misma no es excesivamente curativa por aquello de “Si te curas con malvas, mal vas”; las hojas de parra, el saúco y el beleño (esta planta muy mágica persiste en Tahal y en Líjar) el fuego, el rezo, la oración, la invocación divina a Jesucristo. Se invoca también a una planta mágica imaginaria: la rosa venenosa (rosa maldita y “patiñosa” y en Turre “ponzoñosa”);también un ave que produce o evoca la enfermedad y a la que se le corta el pico y las alas con las tijeras, con cuyo corte, se suprime el mal simbolizado en el pico y las alas del ave productora del padecimiento, que ha de rematarse cercenándole el corazón y las entrañas con la señal de la cruz y las oraciones cristianas más poderosas: el credo y la salve.
La enfermedad cura por disipación y transferencia a las malvas o al saúco que en este caso recogen el mal para que dentro de ellas muera por consunción transferencial.
En la ceremonia de la erisipela se lleva a cabo una conminación expulsatoria por invocación de un ser más poderoso para que el productor del mal, salga, huya o se traspase a otro sitio, en “nombre de tal” que te puede, que te gana, que te destruye, que te corta las alas venciéndote, para que no puedas volar (seguir actuando).La vis morbis al recibir la acción de otra más hostil o mas poderosa, desaparece o se neutraliza. Con las maniobras y rezos se pretende contener, comprar, engañar o aplacar los poderes y afectos sobrenaturales y sacar y arrojar fuera a los espíritus y a las fuerzas malevolentes

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